miércoles, 11 de marzo de 2015

EDUCACIÓN POPULAR, FEMINISMO Y GÉNERO: IDEAS PARA EL DEBATE

8 Marzo / 2015

“Cuando discutimos las relaciones de género, no estamos poniendo en debate solamente el modelo de sociedad que aspiramos a crear en el devenir histórico, sino también el tipo de vínculos que vamos forjando en el aquí y ahora de nuestras organizaciones; el modelo de sociedad que anticipamos en nuestras prácticas actuales”
(Claudia Karol, Equipo de educación popular Buenos Aires, Argentina)

Las siguientes ideas que se desarrollaran hacen parte de la reflexión constante que como proceso realizamos, tomamos como referencia la revista piragua # 35 en la cual encontramos unos contenidos que dan cuenta del papel protagónico de la mujer y  las reflexiones que se generan en diferentes escenarios de nuestra América donde el feminismo y la educación popular van generando mayor conciencia. Ideas que han servido de insumo para el seminario ideológico el pasado 7 de Febrero en el marco de nuestra última plataforma política.  

Lo que se pretende con la educación popular desde sus inicios es fortalecer la capacidad de defender los derechos individuales y colectivos, partiendo del reconocimiento de las prácticas sociales, analizando y teorizando a partir de éstas; adquiriendo cada vez mayores niveles de conciencia política para incidir en un proceso de transformación social.

Cuando hablamos de hacer educación popular en ciertos sectores de la ciudad, estamos hablando también que es necesario hacer un análisis de contexto del lugar, de las personas, de sus realidades, para así por medio de ésta, aportar a la transformación de las condiciones sociales que le han ubicado en una condición de subordinación con respecto a otros sectores y dinámicas sociales.

Para hablar de educación popular también se hace necesario hablar de feminismo, ya que es un factor importante en el desarrollo de una nueva sociedad y genera conciencia crítica; se hace necesario manejar un vocabulario no sexista, “Si el lenguaje refleja la realidad, el problema de las mujeres es que son invisibilizadas en el lenguaje” (Begoña Amaya).

Enseñar no sólo guitarra, batería, teatro, sino también empezar a cambiar la cultura patriarcal y machista, por una más equitativa, dejando a un lado los roles de la mujer (en la casa cuidando los hijo, limpiando la casa, cocinando)  y los roles del hombre (en el trabajo para llevar la alimentación a la casa) que desde tiempos pasados hemos ido reproduciendo.

Es preciso decir que el enemigo no es el hombre sino un complejo entramado de valores, concepciones y relaciones que se vienen reproduciendo, pero, también es preciso decir que, existen hombres y mujeres que han decidido reproducir estos valores, concepciones y relaciones. Personas que tienen claro la lucha que estamos llevando a cabo los diversos procesos organizativos, que aunque apoyen dicha lucha no llevan a cabo las transformaciones personales generando contradicción al interior de los espacios que pueden resultar divisorias.

“La corriente feminista le aporta a la educación popular reivindicaciones y agendas políticas sobre temas que antes eran asuntos privados, como la violencia de género, nutriendo los movimientos sociales en las dinámicas transformadoras de todas las formas de opresión.” (Revista piragua n°35)

Debemos generar escenarios de cambio al interior de los movimientos sociales, los grupos, las escuelas populares, la vida personal, porque lo personal también se hace político, porque es ahí donde más se evidencian las formas de opresión como lo es la violencia de género. Escenarios que permitan favorecer las construcciones como sujetas y sujetos políticos; escenarios de cambio que también permitan acoger el feminismo como un concepto necesario para el avance de los procesos.

Es importante adquirir conocimientos teóricos que nutran los procesos, pero, es aún más importante llevar esos conocimientos a la práctica.

No es suficiente tener una buena voluntad para cambiar las cosas, al igual que no es suficiente que unos ricos tengan la voluntad de compartir sus riquezas, es necesario lograr la transformación de las causas estructurales de la sociedad.

Podemos empezar a cambiar las relaciones en el hogar, en las comunidades, en las organizaciones, pero siempre en articulación dialéctica con la búsqueda de cambios más profundos que permitan lograr más fuerza en alianza con otras organizaciones.


“Los procesos de formación política contribuyen a construir una identidad de clase popular para sí, que es fortalecida por la identidad de mujer para sí”

POR:
KAREN ARBOLEDA
25 Noviembre / 2014
25 Noviembre / 2014