sábado, 8 de marzo de 2014

EL AGREGADO DE LAS ROSAS


Podemos decir que la historia del ocho de Marzo está trazada por varios acontecimientos que aunque fueron repudiables hicieron visible una de las problemáticas más fuertes de las que eran blanco las mujeres de esa época.
El primer acto conmemorativo hace referencia a la muerte por calcinación de 129 mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton en la ciudad de Nueva York, la causa de su muerte fueron las bombas incendiarias lanzadas a ellas tras protestar denunciando los salarios bajos, el encierro, la explotación y generalmente las condiciones inhumanas de trabajo.
Otro momento de conmemoración son las manifestaciones encabezadas por las obreras textileras el 8 de Marzo de 1957, en la misma ciudad.
En el marco de todos estos actos de denuncia las obreras de fábricas textiles seguían denunciando 12 largas horas de arduo trabajo por una remuneración miserable, se podía ver en estos años las calles neoyorquinas inundadas de mujeres explotadas reclamando sus derechos por una vida obrera digna, recibiendo solo ataques, matanzas, nada de resultados; y por el contrario siendo atacadas por la fuerza policial quienes al final hacían que de nuevo el orden social fuera “posible”.
Clara Zetkin dirigente del partido social demócrata Alemán, fue quien propuso que el 8 de Marzo fuera un día conmemorativo donde se homenajearan aquellas mujeres precursoras del espíritu luchador en contra del sistema capitalista; todo esto en el marco de un congreso internacional que reunía a mujeres con postulados socialistas.
Un breve recorrido histórico que da cuenta del origen del “día internacional de los derechos de las mujeres” nos deja ver que su nacimiento fue claramente una reivindicación de talante obrero, si se quiere proletario.
Hoy no podemos decir que el 8 de Marzo es un día donde se conmemora únicamente la explotación de mujeres obreras, pues con el pasar de los años se ha transformado y nutrido de problemáticas, denuncias, visibilizaciones, memoria, soluciones, reclamos, exigencias y todo lo que demanda una sociedad en constante cambio y además arraigadamente patriarcal.
Además de salir a las calles a conmemorar el legado de la lucha obrera que dio origen a este día, salimos en denuncia de los feminicidios que crecen cada día más por razones de odio y propiedad del hombre hacia la mujer, denunciamos las violaciones culpándonos a pesar de ser víctimas por pensamientos conservadores y fundamentalistas, como señalarnos por la forma de vestir, caminar, bailar, maquillarse y PROVOCAR; denunciamos la violencia intrafamiliar que aunque rige a todas y todos los integrantes de una familia son las mujeres el mayor número de víctimas de este tipo de tantas violencias; denunciamos la pornografía porque más allá de que parezca ser una mirada moralista, ponemos a consideración todos los agregados que tiene consigo esta problemática como lo es la trata de personas, la inducción a la drogadicción, el narcotráfico, la compra y venta de mujeres, y además el mostrar el cuerpo como objeto de placer sexual al servicio de otros; rechazamos que históricamente se nos haya excluido de una vida social a través del lenguaje encerrándonos en uno que ha sido construido para los hombres, que solo nombra a hombres y que nos universaliza como si fuéramos personas iguales, haciéndose las y los ciegos pues solo basta mirar a un hombre y a una mujer para saber que somos diferentes; rechazamos que no nos dejen abortar cuando lo decidamos creyéndose dueños, dueñas de nuestro cuerpo, nuestra autonomía y nuestro poder de decisión como mujeres; denunciamos que el proyecto de la clínica de las mujeres haya sido tumbado por el poder burgués eclesiástico con el apoyo del procurador Ordoñez; rechazamos el bombardeo de publicidad que nos convierte en una masa consumidora no pensante y nos obliga a cumplir estereotipos ideales y a la vez imposibles del ser mujer y el ser hombre, orillándonos a dejar de lado el ser seres SENTIPENSANTES.
Quizás si nos concentráramos en escribir todos los problemas que atropellan a las mujeres nos quedaríamos un largo tiempo, necesitaríamos bastante papel; pues son largos años de una historia que sin duda todos los días recordamos y visibilizamos, pero lo más importante que no la negamos, pues en ella encontramos nuestro mejor motivo para seguir indignadas y cambiar la más mínima practica que fortalezca el sistema patriarcal que hoy rige nuestras relaciones de pareja, familiares, estudiantiles, de trabajo, y de construcción de un pensamiento político, pues no hay que dejar de decirlo ¡en la izquierda también hay machismo y patriarcas!.
Es importante entonces tener en cuenta que el surgimiento del 8 de marzo se dio como un acto conmemorativo a la luchas de mujeres obreras, a la combatividad, entereza y fuerza con que se enfrentaron al sistema capitalista que las explotaba. Pero aun así no debemos perder de vista todos los problemas que nos aquejan hoy, todas las cosas, que denunciamos, rechazamos y repudiamos; pues en ello está la clave para empezar a buscar las soluciones e implementarlas en cada una de nuestras vidas.
Hoy para muchas mujeres el feminismo ha sido uno de los caminos en los que hemos encontrado soluciones, alternativas a prácticas patriarcales y concientización sobre lo que es ser mujeres, y precisamente hemos comenzado a ser las mujeres que nos dé la gana de ser, a decidir, actuar, sentipensar. Muy seguramente este camino puede tener diferentes perspectivas pues podemos decir que hay tantas formas de feminismos como mujeres, por lo pronto puedo decir que ha sido un estilo de vida, una opción política, una forma de habitar el mundo de manera diferente, un aprender a amarme como mujer, y ver en cada mujer una compañera aunque la historia se haya encargado de hacernos rivales, un habitar y defender el primer territorio que habito que es mi cuerpo.

Todo esto por el 8 de Marzo porque no es un día de celebración, de rosas y chocolates, ni nada de eso que nos haga sentir alagadas por ser unas “muñecas de frágil porcelana”; este día lo conmemoramos por todas las hermanas caídas en la lucha, por las brujas quemadas, por las primeras obreras rebeldes, por todas las que han decidido alzar la voz, por las que aún siguen acalladas e invitamos a gritar por su libertad, por todas las salidas de las líneas, por las que aún seguimos de pie, con paso firme, y brazos abiertos para todas.
por:
Nasly Marulanda, integrante del colectivo MUJER JOVEN Y VIDA