jueves, 30 de junio de 2011

REFLEXIONES Y CONSTRUCCIONES DE UN MARIHUANERO

No pretendo hablar de lo que ha sido históricamente conocido el tema de CONSUMO RESPONSABLE al rededor de la marihuana. Lo que pretendo es dar a conocer mi postura, mis construcciones y mis reflexiones como consumidor de marihuana, una de mis intenciones además es desprestigiar y deslegitimar el discurso del CONSUMO RESPONSABLE, pues no pasa de ser mas que uno de los tantos discursos que el estado neoliberal, la religión oscurantista, la cultura tradicional e impuesta y la sociedad conservadora, dualista, hipócrita y falsa han perpetuado por décadas en la historia para someter, controlar, dominar, reprimir, prohibir y co-accionarnos como Seres Humanos libres, consientes, autónomos, coherentes y con capacidad de tomar y asumir nuestras propias decisiones.

En esta lógica al consumo de marihuana se le han hecho miles de críticas negativas o positivas la mayoría basadas en lo que unos segundos o terceros han dicho y han planteado. Lo que para la sociedad está bien, según los buenos comportamientos y los sagrados valores para la construcción de una sociedad obediente y normal bajo los criterios de las buenas costumbres, la ética y la falsa moral; desde que iniciamos nuestro proceso de vida en la familia, la escuela, el colegio etc. Se nos dijo que había cosas que según -lo que ya estaba escrito era bueno y que era lo malo-, según externos. Sin tener en cuenta nuestras vivencias, deseos y lo que poco a poco construimos como conciencia según lo que quisiéramos ser y hacer con nuestra propia vida. una de las primeras cosas que pasaron por la prohibición como la marihuana y su consumo, fueron matizados y dimensionados como lo más malo no primeramente para quien la consume, si no para la sociedad, paso por una fuerte satanización dando por sentado que su consumo tendría que ser sinónimo de delincuencia y vandalismo incluso de muerte; y no conforme con esto se construye un prototipo de “marihuanero” o “marihuanera” el cual debe según esto cumplir con algunas características las cuales legitimen la satanización del consumo y cuando digo características me refiero a que hacen del estado que genera consumir la marihuana un delito, crimen, un pecado, sacrilegio a las buenas costumbres esto generalizándolo porque al parecer en esta sociedad permeada por la mezquindad, la falsa moral, la incoherencia, la necesidad de control, etc.

Se hace necesario enmarcar ciertos hábitos o consumos dentro de un perfil general de exclusión y señalamiento, el cual para mi hoy es la hoguera de la maldita inquisición de pleno siglo XXI, todo esto generando que a todas las personas se les caracterice y se ubique en un perfil según lo requiera la sociedad y en esta medida se han encargado de generar un estigma incluso en quienes hemos demostrado que asumimos el consumo de marihuana desde otras perspectivas diferentes a las que podríamos llamar tradicionales ya que son las que por décadas en la historia de la sociedad se han venido fundamentando bajo ciertos parámetros; y cuando hablo de perspectivas diferentes me refiero que existimos marihuaneros y marihuaneras capaces de pensarnos una transformación al actual modelo de vida, capaces de aportar a nuevas formas de construir y relacionarnos, capaces de plantear debate y generar procesos para ser marihuaneros y marihuaneras que desde sus distintas experiencias, aprendizajes, formas, construcciones y afinidades nos hemos atrevido no solo a romper con lo tradicional, sino también con lo impuesto, con lo establecido por la sociedad y por una cultura patriarcal, autoritaria, misogena, alienada y la cual lo único que pretende es mantener y hegemonizar el control no solo en el territorio si no también en quienes lo habitamos pasando por el control de nuestras decisiones, conciencias, libertades, construcciones subjetivas e individuales.

Algo que no deja de llamarme la atención es que muchas veces pretendemos dar a ver un discurso o una forma de vida sea cual sea y la sustentamos fervientemente con unos argumentos, pero muchas veces en la práctica lo que hacemos es replicar mucho de lo que decimos no compartir o en lo que no estamos a fin, creo que es pertinente que desde la individualidad se construyan formas de ver, asumir e incidir en la sociedad y en este caso en los procesos que construimos con las muchas ganas de transformar la cruda y triste realidad creo que tenemos que ser consecuentes y no podemos caer en los señalamientos y matizaciones de discursos planteando y mostrando roles que decimos no querer asumir porque desde el discurso así lo concebimos y lo construimos creo que cada una de las personas no solo de los procesos si no también de la sociedad, pues no creo que los criterio o las formas se construyen por “por influencia” si no que por mi experiencia de vida y como le he asumido a sido más por una construcción de afinidades tanto con las formas de vida, como con quienes están inmersos en las mismas…

El tema de la marihuana genera no solo en la sociedad si no también en la individualidad muchos debates y múltiples interpretaciones, pero estoy totalmente convencido de mis pretensiones y mis construcciones; no pretendo posicionar un discurso ni un estatus de marihuanero pues lo que pretendo por el contrario es reivindicar la construcción de libertades individuales dimensionándolas no solo en el consumo de marihuana si no desde otros planos de vida, hábitos y consumos claro siendo coherente con el discurso que se profesa, pretendo reivindicar el consumo de marihuana no es limitante, que puede dejar de ser la “droga” el “vicio” fatal, si desde cada una de las experiencias de vida como marihuaneros y marihuaneras demostramos en la práctica y en la cotidianidad individual, social y colectiva transformando y desmitificando las condiciones de la “traba”. Demostrando que no se nos limita el creer, el poder, el hacer, el pensar, el sentir, el debatir, construir, conspirar, el soñar con un mundo diferente.

Mas que un marihuanero soy alguien que quiere dar a conocer una postura, un habito y una forma de vida, ya que he podido trascender el ser marihuanero hasta el punto asumir el consumo de marihuana como un estilo, una forma, una postura y una filosofía de vida…

PDT: De antemano les puedo prometer que esta no será la única reflexión de un marihuanero que lo único que quiere es construir y reivindicar un habito y una forma de vida.

Yerson González

Desobediente, rebelde, ateo, insumiso, alegre, marihuanero y coherente…

1 comentario:

  1. uff!! claro .. y desde lo qe sentís !!.. qe texto tan bien argumentado. compa super bacano ...

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