Fotografías: Yirleni Melguizo |
Cada uno y cada una, tenían clara su tarea, la cual
había sido asignada días atrás, solo una era colectiva, no arriesgar más de lo necesario, además si algo sale mal salvaguardar al más chico de
la comisión. El punto y la hora del encuentro eran de conocimiento de los
implicados y de algunos que
solidariamente serían los apoyos.
Eran las 2 pm, en un lugar x distante de la comuna un grupo de jovenes se reunían a revisar los últimos detalles para
su acción, sus implementos y ropas, no
se veía por parte de este grupo algún
viso de nerviosismo, pudo ser por la experiencia en este tipo de
acciones.
Dos taxis y una
moto fueron suficientes para mover cada uno de
estos osados jovenes, el siguiente lugar fue una casa en la periferia de
la zona, desde donde se divisaba el objetivo, allí en una pequeña sala propia
de las casas de nuestros barrios empobrecidos, fueron recibidos este grupo de
muchachos y muchachas de una manera muy fraterna y alegre.
Ya siendo las 3 de la tarde el nerviosismo empieza a
hacer presencia entre algunos, el humo del cigarrillo, era prueba de ello. La
ropa negra y las diferentes pañoletas empezaron
a desfilar por este lugar, saliendo de los bolsos, morrales y mochilas. Salidas
esporádicas a observar y entre cigarrillo y cigarrillo se fue agotando el
tiempo, siendo las 3:50 por entre
callejones y senderos se acercan al lugar definido donde se haría presencia. El nerviosismo se fue esfumando entre chiste y
chanza, no se sabía que fuera a pasar. Los riesgos eran inminentes en el mejor de los casos van
desde una captura, un desalojo
violento o una golpiza.
Las cámaras estaban dispuestas, y estratégicamente
rodeaban la estación, los transeúntes al igual que sus funcionarios no
entendían que sucedía, cuando el grupo de jóvenes vestidos de negro y con sus rostros pintados de blanco y
rojo jugaban en un lugar que producto de
la famosa cultura metro que expulsa con fuerza las expresiones artísticas, que
te regula la forma de sentarte, de hablar, de relacionarse con otros, que mas que cultura es una cantaleta de
disciplinar y reprimir.
¡Bomba! Gritaron uno a uno, al tiempo que da inicio la
obra de teatro “gritado silencios” montaje del grupo artístico y popular
renacer de la magia que cuenta diferentes historias de vida, víctimas de la
violencia política y social, desaparecidos, estudiantes, prisioneros políticos,
campesinos.
La represión no se hizo esperar, los funcionarios al
igual que los celadores se acercan a interrumpir quizás por cuestiones de
seguridad nacional, porque para esta cultura de “en una sola línea” el soñador
es un riesgo inminente. La obra siguió su curso
porque la gente y esos osados artistas populares asumieron el
riesgo con gritos de ¡termine, termine!
Solo queda preguntarnos como lo hizo el más chico de
los artistas que hicieron presencia esa tarde nublada “¿porque nos sacan,
estamos molestando a alguien?”
Sí, la cultura popular incomoda a la cultura
metro, a la cultura de las élites, de los
ricos, a la cultura mafiosa.
El pasado domingo 19 de octubre los grupos de la articulación
juvenil zona nororiental realizaron quizás la primera acción directa a una de
las joyas de la corona de la oligarquía
paisa, el metro cable, acción que va en marco de Investigación en Memoria Histórica y arte
para la resistencia.
POR:
Carlos F
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