miércoles, 26 de noviembre de 2014

PARA AMANECER NO HACEN FALTA GALLINAS, SI NO CANTAR DE GALLOS

Esa mañana el sol brillaba de una manera tímida, quizás producto de la terrible granizada de la tarde anterior, que logró poner el discurso de la gente del común  lo que semanas a tras fuere  la noticia del mes. La aprobación del POT (plan de ordenamiento territorial)  plan de gobierno del alcalde de turno.

Granizada que dejo ver que las dos Medellín, la que ven las elites y la que viven y construyen las organizaciones populares, los jóvenes, los niños y niñas es decir los habitantes de la periferia de la ciudad, los primeros grandes cifras económicas y los segundos lazos de solidaridad, resistencia, organización, los mismos que al hacerles la invitación de compartir ese 31 de octubre con los hombres y mujeres, con jóvenes y niños del cedral, pusieron a disposición hasta sus sueños, porque la  experiencia vivida es la construcción de  un sueño colectivo.

El bus escalo las empinadas calles de la zona nororiental de Medellín , las mismas calles en donde la noche anterior bajaban ríos de granizo, y en algunas partes hasta techos, ollas y colchones; esas calles que años a tras las recorrían ríos de sangre de “jóvenes esperanzas” víctimas de las organizaciones paramilitares, las mismas que en ese lugar distante del norte de Antioquia con personajes tan siniestros como "caré crimen", quien  el 31 de octubre del año 2000, se adueño del miedo y la zozobra para acecinar vilmente  a hombres y mujeres de la vereda el cedral. "mismos victimarios- distintas víctimas”

Durante el recorrido se fueron sumando más y más, algunos  con un equipaje liviano pero resistente como su convicción, otros con equipajes mas elaborados, debido a su inexperiencia.

De la mano del chofe-rologo, como dirían los zapatistas,  se fue recorriendo las diferentes calles de una ciudad  como Medellín, que  hieren hasta el hastío.
El paisaje fue cambiando al transcurrir el tiempo, la cordillera central se alzaba a la vista de los viajeros, alternándose con alguna casa colgada como un simple adorno en esa estepa verde con sus diferentes matices, y la joya de la elite criolla "la hidroeléctrica pescadero - Ituango" y sus reales consecuencia, las cuales van desde la destrucción de la fauna, el desempleo, la amenaza, el desplazamiento  y el asesinato.

raphy leavitt, la selecta, la orquesta Narváez, acompañaban el recorrido, entre coros mal entonados, chistes tan finos como los de un payaso de corazón, vimos asomarse la cúspide de una iglesia colonial y bajo las miradas de intriga, sonrisas, saludos muy amables y efusivos que nos afirmaban pertenecer a una misma familia, entramos a ese lugar olvidado como muchos otros pueblos de Colombia por el poder central. Al tiempo  pareciere fuente de inspiración para uno de los grandes de la literatura clásica.

Una parada obligatoria para la memoria

Los quijotes montaban sus corceles, las dulcineas caminaban rumbo a la eucaristía o sus labores cotidianas en sus mejillas, en sus manos se  reflejaba  no solo una tarde si no  una vida de sacrificio, lucha  y persistencia  en contra  de los molinos  que fueron ubicados en la plaza principal, en la escuela, la esquina, pintados de los mismos tonos de verde, dañando la estética de ese bello lugar.

El recorrido continuó, como estaba previsto, los nervios se hacían presentes en el bus, la lluvia hizo parte del menú, retrasando nuestro arribo, pasaron tres horas, las llantas cada ves tenían menos agarre, quizás por la falta  pavimento, lo que obligo a echarse los sueños, las ganas y las expectativas al hombro al tiempo  que las maletas, se escalo la montaña, el oxígeno en algunos escaseaba, los riachuelos dificultaban el caminar y la noche nos cubrió con su manto.
Una pequeña luz brillaba en la distancia, y un grupo de hombres y mujeres niños y niñas esperaban nuestro arribo.
La luna la ocultaba una pequeña neblina, una buena cena y el cansancio nos fue venciendo uno a uno.

“Para  amanecer no hacen falta gallinas si no cantar de gallos”


Esa mañana  las responsabilidades estaban claras y solo era  cuestión de minutos para dar la partida, los hijos de la memoria fueron llegando, en un inicio algo tímidos, de repente los pinceles no alcanzaban, las manos se tornaron de muchos colores, al tiempo fueron brotando curas, zombis, mariachis, princesas, indígenas,   sin perder su identidad  por que como lo dijo  alguna vez un luchador popular “con las botas puestas”.

Fotografía: Marcela Arboleda


Algunos  pintaron las paredes corroídas por la lluvia  para  plasmar las diferentes combinaciones cromáticas que posibilitaran una expresión para la memoria y la resistencia.





Fotografía: Marcela Arboleda






Otros   doblaban trozos de papel dando forma a  sin numero de figuras míticas y mitológicas.







A la sombra de un majestuoso  árbol se desplegaban un par de telas, estas eran acariciadas  y movidas por las corrientes de viento o por la  fuerza que le impregnaba algún niño o niña, que participaba  del taller de telas, al tratar de subirse hasta la copa del árbol.
La jornada fue extensa y exhaustiva, el sol se canso y se fue ocultando paulatinamente,  al tiempo que la noche no se hizo esperar. Las risas de los viejos  y  el ruido de las sillas en el encuentro de  memoria histórica fue interrumpido por  dragones, al igual que ese triste 31 de octubre  del año 2000, pero esta ves los dragones no quemarían casas, alumbrarían la cancha invitando a disfrutar de una noche de memoria, conspiración, encuentro, de arte popular, de arte para la resistencia.

...Entre cuentos, danza teatro se fue una segunda noche en ese lugar de gente bella.

El fuego alumbrara el camino.

Esa mañana el día conspiro para desarrollar lo planeado, el sol salio mas radiante  que el día anterior,  para las mujeres y hombres el teatro fue la apuesta, interrumpida en ocasiones por la llegada de la cabalgata, entre  tres horas   de risas, juegos y charlas quedo un ejercicio teatral que recreaba lo sucedido, fue la obra central de esa tarde, la palabra, el baile,  la danza, el canto   estuvieron presentes. Unos de la mano de esos jóvenes forasteros y otros a cargo de esos hombres, mujeres y niños que  a pesar de la  adversidad no desfallecen.


La noche fue cayendo al tiempo que un grupo de payasos y payasas hacia presencia  entre la gente, con sus ocurrencias  sorprendieron a niños y  viejos, y cerraron con broche de oro como lo hizo saber uno de los niños “que fiesta tan buena, hay hasta payasos” 

Hombres y mujeres  que nos despidieron de la mejor manera que puede despedir  el pueblo empobrecido, obligándonos a dejar parte de nuestro corazón en esos matorrales, en sus calles polvorientas,  en su gente de  mirada esperanzadora, la misma gente,  que desde la distancia nos despedía con efusivos gritos y agradecimientos, por soñar con ellos la unión del campo y los sectores populares
A todas esas personas que nos acompañaron en esta hermosa aventura  MUCHAS GRACIAS,   sin olvidar a “marina” esa  mujer que nos acompaño todo el tiempo, solo queda por decir “es posible la unidad   campesina y popular”

POR:
Carlos F.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

DESDE EL CEDRAL, MATERIALIZANDO LA UNIÓN DEL CAMPO Y LA CIUDAD

Fotografía: Yirleni Melguizo

“Ven con migo ven, llego la hora del viento reventando los silencios, ven,  el odio quedo atrás, no vuelvas nunca sigue hacia el mar, tu canto es trigo, sol y viento, pájaro que anuncia la paz” 
Victor Jara

El taller de memoria histórica a cargo de la corporación contracorriente, las recreaciones a cargo del colectivo en derechos humanos Martin Hernández, la base de maquillaje, el taller de teatro, acrobacia aérea y los murales a cargo de la escuela artística y popular Víctor Jara fueron las actividades que el 31 de Octubre y el 1 de Noviembre se realizaron en la vereda el Cedral del municipio de Ituango, el motivo fue la conmemoración de la masacre que 14 años atrás realizaron los paramilitares comandados por care-crimen, quien luego de incendiar varias casas y asesinar a varios campesinos de la vereda se la paso de fiesta en el pueblo con el comandante de la policía. A continuación las palabras de uno de sus protagonistas:

Eran ya las 8:30 am cuando el bus parte desde la ciudad con destino a la vereda El cedral-Ituango, aún se sentían las ansias de las 24 personas que viajábamos por conocer ese lugar, que quizás algunos ya conocían.

Al entrar al pueblo, lo primero que nos recibió fue una valla publicitaria sobre el proyecto hidroeléctrico que, según el aviso, “ofrecía oportunidades de empleo” lo que no decía es que ese proyecto afectara a 232 familias sin contar con la vida silvestre que hay en el lugar que será inundado para producir energía o más bien capital que, como sabemos, se acumulara en los bolsillos de los mal llamados “poderosos” mientras esas familias padecen la miseria generada por epm, en resumen es un proyecto que causo y causara una problemática social y ambiental.

Siendo ya las 2:30 de la tarde continuamos con nuestro recorrido hacia la vereda El cedral, donde se haría la conmemoración de la masacre cometida por las AUC el 31 de Octubre del año 2000; el bus desciende, asciende, da vueltas en medio de los problemas mecánicos y los temores de quienes lo integrábamos, pensando que en cualquier momento rodaríamos cuesta abajo, el camino era inestable. Llego el momento en el que toco bajarse del bus a causa del barro que no lo dejo avanzar más, caminamos dos, tres kilómetros más o menos Y la noche no se hizo esperar llegando acompañada de una pequeña llovizna. La moral de llegar a lo que parecía la cúspide de la montaña le podía al cansancio. Coronamos, la gente nos recibió con los brazos abiertos; nos reunimos a preparar lo que sería la jornada del próximo día: Unos pintarían muros, otras darían talleres de teatro del oprimido con los adultos, unos/as se encargarían de recrear a los niños y niñas, otros de maquillarlos, otro de dar taller de telas, en fin todos y todas, la Escuela Popular Víctor Jara, los colectivos de DDHH Martín Hernández Gaviria y Contracorriente, el movimiento juvenil 12 de octubre y demás, teníamos una tarea por cumplir.

Al día siguiente, todo salió como se tenía previsto. Hubo talleres, se realizaron los murales, en los niños y niñas se podía notar la felicidad que le transmitían los y las recreacionistas, los adultos estaban felices de nuestra presencia allá. Al anochecer hubo presentaciones de los campesinos, cuentos por parte del Colectivo Papel Arrugado, Baile por parte del grupo más baile más vida  y obras de teatro por parte de Renacer de la Magia. Termina el día y prácticamente termina nuestra labor. Al otro día tuvimos tiempo para observar el paisaje y caminar, fortaleciendo así nuestros lazos de unidad, luego regresamos a la programación cultural en conmemoración a la masacre donde un campesino sobreviviente narro lo sucedido, donde hubo una representación de los actos violentos de aquel día y donde nuevamente Renacer y Más Baile compartió sus saberes con la gente.

Hablar de esta masacre luego de 14 años de silencio ha sido un primer paso para recuperar la memoria y reafirmar la dignidad del campesinado, que guarda en sus pechos y lágrimas las miles de masacres que nunca han sido denunciadas, han sido 14 años en los cuales el centro de salud de la vereda ha dejado de funcionar, 14 años en los que se han dado concesiones a las mineras que esperan con ansias destruir esas hermosas montañas en búsqueda de los recursos, 14 años en los que el IDEA, EPM, la gobernación y la alcaldía de Medellín han puesto sobre la mesa todas sus ambiciones sobre la central hidroeléctrica que inclusive ha desplazado a cientos de campesinos, recordamos a quienes se alojaron en el coliseo de la U de A.

Al partir sentíamos que dejábamos un pedazo de nosotros allí, en ese lugar hermoso de gente bonita, en donde el tiempo se hizo corto para compartir todas nuestras experiencias con todas esas personas que a pesar de la masacre continuaba con la esperanza de construir y sembrar, con sus azadones y sus arados, un país en paz con justicia social.
De lo anterior, es así como se articulan varios colectivos de la ciudad para materializar la unión del campo y la ciudad, en donde las realidades se encuentran en contextos distintos pero no son diferentes ni ajenas las unas de las otras.


Desde la Articulación Juvenil y la escuela itinerante “Víctor Jara” queremos agradecerles infinitamente y hacemos la invitación a que nuestros lazos se fortalezcan mucho más “Porque la unión hace la fuerza y la fuerza la libertad”

POR:
Numar Lopera
Fotografía: Yirleni Melguizo

martes, 4 de noviembre de 2014

CONSTRUYENDO LAZOS COMUNITARIOS POR MEDIO DE LA EDUCACIÓN


El presente comunicado se elaboro de manera conjunta por estudiantes de diferentes colegios de Fe y Alegría del área metropolitana y la escuela artística y popular "víctor Jara" expresamos aquí de manera sucinta nuestra posición con respecto a la educación y al modelo de ciudad que imponen a sangre y fuego:


Los sectores populares de Medellín han sido territorios construidos principalmente por sus habitantes, generando de esta manera una vida comunitaria que se aleja, muchas veces, de la vida consumista y de competencia que quieren imponer el mercado y los gobiernos. La alcaldía de Medellín además de no reconocer esta vida comunitaria, la quiere exterminar como se ha evidenciado en in numerables casos desde la misma creación de los barrios. Las juventudes que nacimos entre las balaceras, las batidas y los toques de queda y que crecimos en los convites, las recreaciones, los carnavales y los bazares seguimos el legado de las primeras personas que poblaron las laderas de la ciudad: el legado de la dignidad.

Entendemos la comunidad como el conjunto de personas unidas por un interés común para el mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad, es por esto que la ayuda mutua, el apoyo que nos brindamos a diario con el único interés de lograr los objetivos colectivos es lo que nos constituye. Somos conscientes que por el hecho de ser personas podemos necesitar a los demás y estos a nosotros y lo hemos aprendido en el barrio donde la solidaridad fundamenta el trabajo comunitario de muchas personas, lo comunitario ante todo es el dialogo de ideas que compartimos, respetando nuestras diferencias pero ante todo planteando unos principios colectivos.

Las juventudes de los sectores populares de Medellín construimos de diversas formas comunidades, pues con nuestras ideas, sueños y acciones vamos materializando nuestros deseos, vemos pues que comunidad más que conformar un grupo de personas es la puesta en marcha de dichas ideas donde la participación es fundamental, participación no solo de las personas que conformamos las diferentes comunidades, sino, ante todo, participación de estas comunidades en la ciudad, que las comunidades sean tenidas en cuenta cuando se valla alterar su existencia misma, pues otro principio de lo comunitario que hemos entendido es no afectar a los demás con nuestras acciones e intereses.

Empresas públicas de Medellín, la EDU, la policía y la alcaldía poco saben de respetar a los demás y han devastado comunidades enteras ya que sus intereses de lucro y obediencia quieren imponerlos sobre los  intereses y necesidades de las comunidades. Es por esto que muchas de estas terminan desplazadas, reubicadas y con grandes problemáticas en su interior; algunas de dichas personas en la reconstrucción comunitaria se movilizan de manera creativa oponiéndose por ejemplo al plan de ordenamiento territorial que en estos momentos busca aprobar el consejo de Medellín que lo único que busca es el beneficio de las empresas y no de los habitantes de la ciudad.

La forma en que por muchos años se han movilizado y organizado los barrios populares de Medellín han sido los festivales comunitarios, son en estos donde por medio de bailes, bazares, conciertos, carnavales, lunadas, recreaciones, etc. se convoca a la comunidad a revivir los valores que hacen que una comunidad este viva y palpitante, los festivales comunitarios son una fiesta donde se hacen debates desde lo que las personas entienden sobre lo que está pasando en la ciudad, fruto de dichos debates es la inconformidad con la alcaldía a la que no le importa lo que piense la gente.

Debatir sobre el contexto de la ciudad y el papel de algunos barrios en ella, como su ubicación geográfica ha sido uno de los temas ampliamente dialogados en las comunidades, es por esto que como juventud queremos mantener viva la práctica de los festivales comunitarios, ya que son espacios para el compartir, la reflexión y la movilización, donde la solidaridad es lo más importante. Los sentimientos son fundamentales en este proceso, ya que se trata de construir nuevas relaciones entre las personas, todo lo anterior se da por iniciativa de las mismas personas ya que espacios como la escuela y los colegios son los primeros en imponer la competencia y el castigo por encima de todo.

Como hombres y mujeres jóvenes buscamos la autonomía del ser, esto quiere decir que podamos tomar nuestras propias decisiones y en determinados casos no depender de otros, buscamos la formación de personas y procesos autónomos que seamos capaces de asumir nuestras vidas con plena responsabilidad, la educación tradicional busca formar personas dependientes, encontramos en las practicas comunitarias grandes posibilidades de desarrollar nuestra autonomía. Dicha autonomía la buscamos de diferentes maneras, la educación es una de estas ya que  son un conjunto de conocimientos que se adquieren en el transcurso de la vida, donde nos encontraremos con diferentes conceptos y bases donde ya cada quien decide que rumbo tomar. La educación no es solo el centrarnos en el cuaderno sino también en todo aquello que aprendemos fuera de una institución.

Buscamos en la educación el camino hacia la libertad, pues esta es el tesoro invaluable del ser humano donde podemos vivir al límite y hacer lo que queramos sin problemas ni ataduras, sin violar los derechos de los demás claro está. Es la educación popular donde encontramos dicha posibilidad, pues esta se fundamenta en la horizontalidad y el dialogo de los saberes y aprendizajes que cada participante tiene, planteando que el profesor es un actor más en el proceso de aprendizaje y que es tan valioso un estudiante como un profesor, pues el conocimiento es un ejercicio colectivo, no se trata de que el que sabe es el profesor y el que no sabe es el alumno.


Por lo anterior la escuela artística y popular “Víctor Jara” y fe y alegría Antioquia hace algún tiempo estamos apretando nuestras manos para construir lazos comunitarios entre nuestros procesos, poniendo en práctica la solidaridad, nuestros saberes han estado en dialogo por medio de diferentes encuentros que han sido preparatorios para que el día de hoy, a la luz pública de una manera creativa, artística y popular le contemos a la gente de la ciudad que florece una luz más de esperanza y de dignidad, articulándonos a las demandas de los sectores populares, que en la actualidad se movilizan contra el plan de ordenamiento territorial, cuentan con nuestro apoyo.