Fotografía: Yirleni Melguizo |
“Ven con migo ven, llego la hora del
viento reventando los silencios, ven, el
odio quedo atrás, no vuelvas nunca sigue hacia el mar, tu canto es trigo, sol y
viento, pájaro que anuncia la paz”
Victor Jara
El
taller de memoria histórica a cargo de la corporación contracorriente, las
recreaciones a cargo del colectivo en derechos humanos Martin Hernández, la
base de maquillaje, el taller de teatro, acrobacia aérea y los murales a cargo
de la escuela artística y popular Víctor Jara fueron las actividades que el 31
de Octubre y el 1 de Noviembre se realizaron en la vereda el Cedral del
municipio de Ituango, el motivo fue la conmemoración de la masacre que 14 años
atrás realizaron los paramilitares comandados por care-crimen, quien luego de
incendiar varias casas y asesinar a varios campesinos de la vereda se la paso
de fiesta en el pueblo con el comandante de la policía. A continuación las
palabras de uno de sus protagonistas:
Eran
ya las 8:30 am cuando el bus parte desde la ciudad con destino a la vereda El
cedral-Ituango, aún se sentían las ansias de las 24 personas que viajábamos por
conocer ese lugar, que quizás algunos ya conocían.
Al
entrar al pueblo, lo primero que nos recibió fue una valla publicitaria sobre
el proyecto hidroeléctrico que, según el aviso, “ofrecía oportunidades de
empleo” lo que no decía es que ese proyecto afectara a 232 familias sin contar
con la vida silvestre que hay en el lugar que será inundado para producir energía
o más bien capital que, como sabemos, se acumulara en los bolsillos de los mal
llamados “poderosos” mientras esas familias padecen la miseria generada por
epm, en resumen es un proyecto que causo y causara una problemática social y
ambiental.
Siendo
ya las 2:30 de la tarde continuamos con nuestro recorrido hacia la vereda El
cedral, donde se haría la conmemoración de la masacre cometida por las AUC el
31 de Octubre del año 2000; el bus desciende, asciende, da vueltas en medio de
los problemas mecánicos y los temores de quienes lo integrábamos, pensando que
en cualquier momento rodaríamos cuesta abajo, el camino era inestable. Llego el
momento en el que toco bajarse del bus a causa del barro que no lo dejo avanzar
más, caminamos dos, tres kilómetros más o menos Y la noche no se hizo esperar llegando
acompañada de una pequeña llovizna. La moral de llegar a lo que parecía la
cúspide de la montaña le podía al cansancio. Coronamos, la gente nos recibió
con los brazos abiertos; nos reunimos a preparar lo que sería la jornada del
próximo día: Unos pintarían muros, otras darían talleres de teatro del oprimido
con los adultos, unos/as se encargarían de recrear a los niños y niñas, otros
de maquillarlos, otro de dar taller de telas, en fin todos y todas, la Escuela
Popular Víctor Jara, los colectivos de DDHH Martín Hernández Gaviria y
Contracorriente, el movimiento juvenil 12 de octubre y demás, teníamos una
tarea por cumplir.
Al
día siguiente, todo salió como se tenía previsto. Hubo talleres, se realizaron
los murales, en los niños y niñas se podía notar la felicidad que le
transmitían los y las recreacionistas, los adultos estaban felices de nuestra
presencia allá. Al anochecer hubo presentaciones de los campesinos, cuentos por
parte del Colectivo Papel Arrugado, Baile por parte del grupo más baile más
vida y obras de teatro por parte de
Renacer de la Magia. Termina el día y prácticamente termina nuestra labor. Al
otro día tuvimos tiempo para observar el paisaje y caminar, fortaleciendo así
nuestros lazos de unidad, luego regresamos a la programación cultural en
conmemoración a la masacre donde un campesino sobreviviente narro lo sucedido,
donde hubo una representación de los actos violentos de aquel día y donde
nuevamente Renacer y Más Baile compartió sus saberes con la gente.
Hablar
de esta masacre luego de 14 años de silencio ha sido un primer paso para
recuperar la memoria y reafirmar la dignidad del campesinado, que guarda en sus
pechos y lágrimas las miles de masacres que nunca han sido denunciadas, han
sido 14 años en los cuales el centro de salud de la vereda ha dejado de
funcionar, 14 años en los que se han dado concesiones a las mineras que esperan
con ansias destruir esas hermosas montañas en búsqueda de los recursos, 14 años
en los que el IDEA, EPM, la gobernación y la alcaldía de Medellín han puesto
sobre la mesa todas sus ambiciones sobre la central hidroeléctrica que
inclusive ha desplazado a cientos de campesinos, recordamos a quienes se
alojaron en el coliseo de la U de A.
Al
partir sentíamos que dejábamos un pedazo de nosotros allí, en ese lugar hermoso
de gente bonita, en donde el tiempo se hizo corto para compartir todas nuestras
experiencias con todas esas personas que a pesar de la masacre continuaba con
la esperanza de construir y sembrar, con sus azadones y sus arados, un país en
paz con justicia social.
De lo anterior, es así como se articulan varios colectivos de la ciudad para materializar la unión del campo y la ciudad, en donde las realidades se encuentran en contextos distintos pero no son diferentes ni ajenas las unas de las otras.
De lo anterior, es así como se articulan varios colectivos de la ciudad para materializar la unión del campo y la ciudad, en donde las realidades se encuentran en contextos distintos pero no son diferentes ni ajenas las unas de las otras.
Desde
la Articulación Juvenil y la escuela itinerante “Víctor Jara” queremos
agradecerles infinitamente y hacemos la invitación a que nuestros lazos se
fortalezcan mucho más “Porque la unión hace la fuerza y la fuerza la libertad”
POR:
Numar Lopera
Fotografía: Yirleni Melguizo |
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