domingo, 18 de agosto de 2013

6 AÑOS DE DISIDENCIA JUVENIL EN LA ZONA


Es muy frecuente que ante la agenda institucional, promovida por gobiernos y la empresa privada siempre se realice una actividad paralela promovida por los sectores populares. Es así como ante la cumbre de las Américas (un evento promovido por el imperialismo a través de la OEA para la implementación del ALCA) se realiza la cumbre de los pueblos en total oposición a la servidumbre por parte de los pueblos de nuestra América para satisfacer los intereses mezquinos de gente extranjera. Esta dinámica también se da en Colombia, es sabido por todos que hay un congreso de la república, que como sabemos todos gobierna para los intereses de la clase capitalista y no para los sectores populares, es por eso que se crea la alternativa del congreso de los pueblos, el cual promueve una forma de participación distinta, de hacer política distinta, donde los diferentes pueblos de Colombia nos encontramos. Citamos estas bonitas experiencias porque en Medellín  existen la semana de la juventud, al igual que el consejo municipal de juventud (CMJ) asuntos que poco tienen que ver con los intereses y necesidades de los jóvenes de la ciudad.

La semana de la juventud hace parte de la sociedad del espectáculo, la cual busca mantener a los jóvenes entretenidos absorbiéndonos en lógicas culturales ajenas a nosotros, que al pasar del tiempo las asumimos  sin ningún tipo de crítica como nuestras, es así como muchos jóvenes se sienten representados y felices con dichas actividades, es una distracción ante la injusticia social que vivimos, como el servicio militar obligatorio, la negación a la mayoría de entrar a la universidad, el desempleo, la discriminación y en fin, todas las problemáticas que tenemos que enfrentar en nuestro cotidiano vivir. Existimos, por fortuna, jóvenes que nos negamos a dicha subordinación y por medio de la organización generamos conciencia de dichas problemáticas, es por esto que hace ya seis años en la zona Nor-oriental de Medellín se viene realizando el festival alternativo juvenil, un espacio que busca la integración entre jóvenes, la mayoría organizados para fortalecer nuestra identidad popular.

La alcaldía y sus programas para la juventud siguen viéndonos como la masa pasiva a la cual es fácil controlar,  dicho control se da por medio de la violencia o con la aceptación pasiva de sus medidas, por poner un ejemplo las batidas en el parque Berrio o en la terminal del norte tienen poca resistencia por parte de los jóvenes quienes somos los principales afectados. Hace algunos años un programa fue muy criticado por nosotros, ese que nos dijo a los jóvenes que debíamos ser criminales y enfilarnos en  las pandillas criminales y paramilitares para recibir algún estimulo, Fuerza joven ¿lo recuerdan? Sus beneficiaros encontraron allí estudio y dinero, mucho más del que pueden recibir los grupos juveniles de recreación o artísticos, que nos oponemos a las lógicas mafiosas y de ultra derecha promovidas por el gobierno.

El festival alternativo juvenil tiene sus raíces en el movimiento social y popular de Medellín, compuesto de organizaciones y personas que han dedicado gran parte de su existencia a la construcción de una nueva sociedad. Reconociéndonos pues como sujetos históricos que vienen con un legado de rebeldía y sueños, transmitimos en nuestras acciones esos sueños y anhelos que no son nuevos y por los cuales hasta han asesinado personas como lo fue Silvio, uno de los fundadores de la corporación con-vivamos y por lo tanto uno de nuestros antecesores, portador en su juventud de las banderas que hoy levantamos en las marchas carnavales de los barrios populares.

Reconociendo y retomando el legado histórico dejado por los fundadores de los barrios en los que vivimos y por los cuales han pasado ya varias generaciones vamos rompiendo con ese pensamiento hegemónico que se ha encargado siempre de que olvidemos nuestra historia llegando al punto de despreciar personas tan importantes como lo fue Simón bolívar o Hugo Chávez. Es recurrente que muchos jóvenes rebeldes los critiquen sin reconocer sus valiosos aportes para la libertad de nuestros pueblos, no negamos la crítica, esta debe estar siempre presente pero debe hacerse con fundamentos y no con lo que la pantalla de televisión y este moribundo sistema educativo  ha metido en nuestras mentes.

En la necesidad de recuperar nuestra historia el festival retoma prácticas tradicionales como las carreras en carros de rodillo, el convite, los juegos recreativos, las ollas comunitarias. Practicas nacidas en el barrio o en la vereda, pues tenemos una herencia que viene del campo, no olvidamos tampoco que esos fundadores y fundadoras se vinieron  desplazadas o buscando el porvenir de la ciudad. Encontrar una huerta en carambolas o en la cruz no es de extrañar, pues es nuestra identidad y es allí donde esta nuestra mirada, hacia  nosotros mismos, como no lo enseño José Martí, el prócer libertador de Cuba y como recientemente no lo recordó el bonito proceso Venezolano: “Nuestro norte es el sur”.

Retomamos esas prácticas, retomamos las luchas y retomamos principalmente el pensamiento que se ha producido en todos estos procesos, porque es un pensamiento vivo  que dará respuesta a nuestras necesidades. En el colegio y las universidades a cada rato andan citando a pensadores de Europa o Norteamérica, celebran su natalicio y publican sus libros como si fueran lo más desarrollado del pensamiento humano, eso queridos amigos se llama colonización intelectual. Tener como principal influencia teóricos y autores europeos ignorando lo que han dicho nuestros próceres, líderes naturales y pensadores  es un grave error que nos sigue sumiendo en una dominación cultural.

El sexto festival conto con cuatro actividades que combinaron la reflexión de nuestro entorno y la acción en él. Se dio inicio con el Mega convite recreativo el cual consistió en actividades tradicionales como una carrera en carros de rodillos por las empinadas calles que van de la comuna 1 a la 3, esto se realizó el sábado, al día siguiente una marcha carnaval fue la que convoco a diversos grupos artísticos como chirimías, zanqueros, clowns, monociclistas, malabaristas. Dichas marchas  vienen haciendo parte del paisaje en nuestros barrios desde hace ya buen tiempo. El miércoles 7 la invitada especial fue la palabra, un foro que tuvo como temas centrales el territorio, la violencia y el desarrollo, generando un debate entre los asistentes  proponiendo además nuevas formas de articularnos. Finalizando una semana de movilización juvenil en los barrios de la Zona Nor-oriental, el sábado en el barrio Moravia se convocó  a jóvenes pertenecientes de otras partes de Medellín en el conversatorio “disidencias musicales reconstructoras de tejidos sociales” donde el punk y el hip hop  se sentaron a conversar un rato, reflexionando sobre eso de la contra cultura, lo libertario finalizando en un concierto que no fue apagado por la lluvia.

Fue un festival alternativo, construido por los jóvenes y no por los funcionarios, movilizado por la solidaridad y no por el dinero, convocado para la rebeldía y no para la dominación. Sin policías, sin requisas, sin chalecos institucionales y sin fotografías para sustentar la ejecución de una ficha. Es en esa particularidad que encontramos su grandeza, no nos reconocemos en una semana de la juventud que legitima la represión a los jóvenes que se oponen a una política o incluso a la existencia misma del Estado.

DEBATES ENTRE LOS PROCESOS

El festival ha sido promovido desde siempre por diversas organizaciones que nos encontramos en un espacio que llamamos PLATAFORMA ZONAL DE JUVENTUD. Allí nos agrupamos la red jóvenes sin fronteras de la comuna dos, el colectivo comuna cuatro, la articulación juvenil Zona nor-oriental y  diversos procesos de la comuna tres  que hoy se concretan en la articulación juvenil de la comuna tres. Dichos procesos de base hemos sido acompañados por organizaciones comunitarias como nuestra gente, talentos, Sumapaz y Con-vivamos, siendo las últimas dos quienes han asumido mayor compromiso con el proceso.
En dicho espacio diferentes posturas se han encontrado generando ricos debates que la mayoría de las veces han llegado a felices términos, pues al ser un espacio amplio diversas corrientes ideológicas y posturas políticas nos encontramos allí. Es así como jóvenes institucionales, que confían plenamente en la alcaldía han llevado sus propuestas, como sucedió el año pasado invitándonos a participar del plan de desarrollo de Medellín, han encontrado una negación de nuestra parte como organización, pero al fin de cuentas se acordó la participación de la plataforma. No pretendemos tener la verdad, ni mucho menos tener algún tipo de iluminación sobre las otras organizaciones, pero nuestro argumento de no participar en dicho espacio nos daría la razón.

Siempre hemos considerado que la participación en políticas públicas es un ejercicio contraproducente, así lo manifestamos en su momento planteando que se participaba por ingenuidad o por oportunismo. Ingenuidad decimos porque es una ilusión pretender que el estado burgués genere mecanismos eficientes para la participación directa y oportunismo porque hay personajes que históricamente se han aprovechado de organizaciones del pueblo utilizándolas como trampolín para recibir cuotas burocráticas. Tenemos dicha postura porque como lo decimos al inicio de este escrito aprendemos de la historia. Luego los ingenuos (que no lo decimos en sentido peyorativo) protestan por que no fueron escuchados en el plan de desarrollo.

En la actualidad hay nuevas posturas, que aparentemente son más alejadas de las institucionales, diremos que son posturas libertarias. La articulación juvenil tiene diferentes mecanismos de comunicación, uno de ellos es un grupo en el Facebook donde los integrantes del proceso plantean sus posturas y se generan debates propios de la articulación, las posturas de los individuos en ella representan el pensamiento del individuo y no de la colectividad, el pensamiento de la colectividad lo expresamos en espacios como el blog o en comunicados.

En uno de los debates un integrante manifestaba su descontento con el festival al considerar que no se tenían en cuenta las particularidades de los procesos y que aunque se venía preparando una lunada las presentaciones se centraron solo en lo musical dejando de lado otras expresiones artísticas y políticas, otro elemento que argumentaba era el desconocimiento del esfuerzo de diferentes procesos en la construcción de las lunadas. Ante lo anterior consideramos  es totalmente pertinente debatirlo ya que la auto critica siempre debe estar presente, lo que no debe estar presente son los comentarios dañinos y malintencionados y aunque tenía los argumentos para estar molesto pretender deslegitimar el festival es una total falta de respeto para el proceso.

Un proceso no lo legitima una persona, al igual que tampoco lo deslegitima, el hecho de que se dé una gran participación en los escenarios del festival, de que se halla dado todo un proceso de organización y trabajo por comisiones da cuenta de el gran esfuerzo realizado para poder cumplir dicho sueño y que es un ejercicio totalmente legítimo, además de muy necesario. Dicho integrante ha reconocido su error y ha hecho parte de la construcción de este escrito, pero el hecho de que su comentario y el debate generado al interior de la articulación se filtrara y difundiera en otros espacios genero grandes molestias y el problema se hizo más grande. Pues como aclaramos anteriormente fue parte de un debate y no es la posición de nuestra organización, ya que integrantes de los procesos que nos componen participaron activamente en el festival. Es como si alguien gravara una reunión y la difundiera en otros espacios, necesitamos procesos comunicativos fuertes no chismosos.

Quisiéramos terminar con dos asuntos puntuales, uno sobre avanzar en el debate ideológico y el otro tiene que ver con la unidad en la acción. A lo largo de este tiempo  los debates en ocasiones parecen repetirse sin avanzar sobre la reflexión, si  bien es cierto que es fundamental iniciar con la lectura del contexto no podemos quedarnos en él, pues debemos entender que hace parte de unas condiciones de existencia propias del capitalismo, es decir, para que exista este sistema económico y político es necesaria la miseria ya que esta hace parte su naturaleza, pues se fundamenta en la explotación del hombre por el hombre, jamás lograremos condiciones de vida más digna para los sectores populares dentro del capitalismo a no ser que escalemos la pirámide social lo cual nos pondría en un lugar distinto de la sociedad, pero el problema del hambre, la violencia, el control territorial seguirá existiendo, debemos aumentar nuestra conciencia de clase.

Con la unidad en la acción, nos referimos a la necesidad de que nuestras agendas no se encuentren solo cada año para la realización del festival, pues cada proceso sigue en sus dinámicas olvidando las propuestas que cada año se relanzan, no nos podemos quedar en el festival, ya van seis años ¿Cuál es nuestro acumulado? ¿Seguiremos realizando el festival hasta que seamos adultos sin transformaciones concretas? Cuando decimos que la reflexión debe ser profunda también hablamos de la acción, que no es otra cosa que radicalizarnos. Muchos le temen a este término, pero no estamos haciendo un llamado a la violencia, ni a los extremismos, tenemos un enemigo común que es muy fuerte, tanto que nos tiene divididos y sumidos en el desespero y la miseria. Solo con la unidad popular lograremos derribarlo.
Marcha carnaval

Mega convite
Foro

Clausura festival
Pogo en la clausura
Disidencias musicales reconstructoras 

Comunicado festival 







1 comentario:

  1. Este artículo ya da cuenta de parte de las transformaciones que venimos construyendo las y los jóvenes rebeldes y organizados de la zona. Lo cual se expresa no sólo en la continuidad de nuestro accionar colectivo durante los últimos 6 años, sino que evidencia la forma en cómo se viene asumiendo y configurando una consciencia crítica frente a la realidad, que nos lleva actuar y reconocer nuestras diferencias en la construcción de una sociedad y un mundo diferente y justo.

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