lunes, 4 de julio de 2011

POR QUE NUESTRO NORTE ES LA RESISTENCIA ¡No Nos vamos!

Historias de callejones, parches y esquinas

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POR QUE NUESTRO NORTE ES LA RESISTENCIA

no nos vamos

Recuerdan las antiguas casas que quedan en Lovaina, o las de Manrique, que en plena 45 se sitúa la casa gardeliana, patrimonio cultural de Medellín, llamada nostálgicamente el templo del tango. O la casa museo pedro nel Gómez, importante sitio cultural, donde se albergan numerosas obras del maestro. Por ahí cerca está también el jardín botánico y la U de A, el barrio Moravia, que por maso menos 30 años fue el botadero de basuras de Medellín. Estos y muchos más ejemplos dan cuenta de la importancia que tiene la zona nor-oriental para esta ciudad conservadora y tristemente católica, cuna de paramilitares y sucios políticos como el ex presidente Uribe balas.

En este sistema capitalista desde sus inicios se ha planteado la relación centro-periferia, donde la ciudad, los países industrializados, las empresas y bancos son el centro, el porvenir, adonde deberíamos caminar, la otra parte, es decir: el campo, los países descaradamente llamados en vía de desarrollo o tercermundistas, los proyectos de vida comunitaria de los pueblos originarios nasa del sur de Colombia o los wayuu de la guajira son la parte que debe ser cambiada hacia el mundo del dinero, las hipotecas y los títulos universitarios. Medellín no es ajena a este discurso capitalista del desarrollo, pues en la ciudad se plantea la división norte-sur.

En las grandes ciudades el norte es el centro de desarrollo, el de las zonas rosa y de tolerancia, con sus grandes parques y discotecas, donde quedan las principales terminales de transporte y vías de entrada y salida, es decir el alma y modelo de vida consumista que se vende en la tele, con sus series y programas de farándula. El sur siempre relegado, siguiendo un norte, vemos como en una época el sueño americano arrastro a miles de latinoamericanxs a las cocinas de la usa. Todo esto me recuerda esa bonita frase del canal tele sur: porque nuestro norte es el sur.

Al parecer en Medellín el tiro les Salió por la culata, pues con sus guerras y cruzadas contra el pueblo en búsqueda de desarrollo, tierras, dinero y poder la oligarquía no conto que lxs miles de despojadxs, hambrientxs, enfermxs con sus muertxs al hombro llegarían a las ciudades. Por allá en los 60 grandes partes de lxs negadxs llegaron a las laderas de Medellín, a recuperar sus tierras expropiadas a manos de una sucia guerra, construyendo así los barrios populares. De una forma para nada extraña, la opulenta oligarquía paisa en medio de su soberbia y elitismo y no de tan buena gana se mudó con su desarrollo para el sur.

Luego de décadas el monstruo del desarrollo, enemigo del pueblo vuelve a pelar sus colmillos y a afilar sus garras para clavarlas de nuevo en el norte de Medellín. Embobando a sus habitantes con parques bibliotecas, presupuesto participativo, ludotekas y la falacia del desarrollo local. Mientras nos meten caís periféricos, contra guerrilla, batidas del ejército, mientras la policía le vende armas más baratas a los paramilitares delegándole sus funciones y reclamando la tajada del pastel que dejan las plazas de vicio. En nuestros barrios “las organizaciones comunitarias” se pelean por proyectos de la alcaldía.

Con proyectos como el metro cable, que ya se conecta con el complejo turístico del parque arvi, por medio de su cable que no le sirve casi que de nada a los habitantes de santa Elena, pues es pensado para el turista, un sucio proyecto que en estos momentos está reprimiendo a quienes resisten con tanquetas y sus asesinos mercenarios del ESMAD. Ya es más cómodo ir a santa Elena sin retrasos de derrumbes, todo contemplado en los planes de desarrollo de Medellín, pues su desarrollo en la mudanza de los 60 se les desploma, como es la via las palmas, y la cola del zorro, o el derrumbe en el lujoso colegio de la Salle.

Aprovechando la miseria del pueblo, con viviendas de interés social y proyectos como metróplus y las vías que están haciendo, se ingeniaron una nueva forma de desplazamiento dentro de la ciudad, pues reubican a la mayor cantidad posible para las afueras y no precisamente del norte. Están preparando el terreno para ser ocupado de nuevo por la clase que promueve el orgullo paisa, con sus futbolistas y modelos de pasarela, su retrogrado catolicismo.

PIPE

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