domingo, 29 de junio de 2014

Dejar de estar mirando hacia afuera y hacia arriba para mirarnos a nosotras y nosotros mismos

Este fue el texto provocador para el trabajo por mesas en el encuentro de artistas populares el pasado 27 de Junio. Pronto estaremos publicando los textos y propuestas surgidas en dicho encuentro


“Basta de música que nos entretiene un momento y nos deja tan huecos como siempre”
Víctor Jara

En Chile Violeta Parra marco el camino en una nueva canción, que no fue algo a parte de la realidad de su época, sino más bien reflejo de la necesidad que tenía el movimiento social de crear nuevas prácticas y procesos acompañados desde el arte. Quizás es más reconocido Víctor Jara que su mentora y consideramos que se debe en gran medida a que  en esta cultura patriarcal se prefiere  dejar en el puesto de los creadores de la historia a los hombres sin importar que las mujeres hayan realizado aportes para la transformación social, sin duda diferentes y con especificidades pero esto sin perder de vista la emancipación de los pueblos y por lo tanto no menos valiosos, estas prácticas se ven inclusive en los procesos revolucionarios.

Cuando se habla de cultura no se remite solo a lo artístico, en lo cultural también están las tradiciones, al igual que prácticas sociales que reflejan el modo de pensar de las personas, reflejo de la cultura que se construye en cualquier sociedad son sus líderes e instituciones. Es así como se habla de cultura paisa por ejemplo, que va cargada con la moral y ética de quienes se denominan paisas. Las culturas son también resultado de largos procesos históricos donde son dejados a un lado creencias y prácticas y se asumen nuevas.

La cultura paisa hace referencia en un inicio al campesino laborioso que a lomo de mula construyo los caminos en medio de la montaña, se caracteriza entonces como el trabajador ejemplar que está bien madrugado para realizar las labores del día. También está el aspecto de negociante que al paso del tiempo se va degradando hasta mezclarse con el negocio de la droga y de la guerra. Es así como desde los años 80 se crea una nueva cultura alrededor del narcotráfico y el paramilitarismo en esta región del país insertándose en todos los ámbitos de nuestras vidas.

Sin embargo cuando hay una cultura dominante hay  resistencia por parte de quienes son más violentados por dicha cultura, es así como en los barrios populares, las mujeres en general y las juventudes empiezan a cuestionar la realidad alejándose de las prácticas sociales y el pensamiento construido alrededor de la violencia y el salvajismo promovido por el sistema capitalista y  surge la organización y la lucha popular.

Una de las alternativas que más ha convocado a jóvenes es el arte ya que por medio de este nos podemos liberar y dejar volar nuestros sueños sin ningún tipo de limite, los grupos de baile, las bandas musicales, los grupos de recreación, el teatro, el circo, el graffiti  empiezan siendo una ruta de escape para luego convertirse en prácticas sociales donde el joven es el protagonista, no como delincuente, ni como problema, sino como líder comunitario que al transformar su vida transforma la del barrio.

Los ensayos, las reuniones, los entrenamientos, las marchas, los carnavales, los murales y las asambleas empiezan a formar un  lugar más importante en nuestras vidas antes que los partidos de fútbol y las telenovelas y no se trata de un simple rechazo a la sociedad sino, fundamentalmente la  construcción de una nueva, ya que tenemos ese gran potencial de creadoras y creadores no solo por ser jóvenes pues somos también artistas y la característica principal de un artista es que es un creador.

Nos quitamos de encima el peso del machismo, de la inconformidad y del catolicismo, es una lucha constante por dejar de estar mirando hacia arriba de donde lo único que nos llega son reproches y represión. Han considerado históricamente a la juventud como rebelde sin causa o como potencial consumidora en el mejor de los casos quitándonos la posibilidad de ser personas autónomas, dignas e independientes.

Una vez conformadas las organizaciones empezamos a darnos cuenta que existen muchas formas en las que la juventud lucha y transforma la sociedad, entonces empezamos a encontrarnos en la calle el trabajo de otras personas que también son soñadoras, descubrimos narices clowndestinas por doquier, en un concierto inesperado las letras de tantas bandas hacen que nos cuestionemos, vemos que en Internet hay un sin número de Blogs, paginas, fotos y vídeos realizados por parches de la ciudad y nos damos cuenta que somos grandes, que hay un movimiento artístico desde todas sus expresiones posibles y que no habrá forma de censurarnos ni callarnos.

La calle es nuestro escenario, los conciertos de punk que se hacían en las canchas de muchos barrios o tapando la calle, que muchas veces terminaron en peleas con la policía han sido remplazados por los festivales en los que toca poner la pancarta de la alcaldía y para entrar nos requisan. Los graffitis creados en la oscuridad descargando todo nuestro odio contra el autoritarismo y el consumismo ahora vemos que le hacen publicidad al Metro y a las empresas y el teatro militante de los años 60 se ha quedado encerrado en las salas donde solo es posible entrar si tienes dinero.
El arte por tener la característica de atraer a la gente también es usado para reproducir los patrones culturales machistas, racistas y capitalistas que someten actualmente a hombres y mujeres de todo el mundo, si bien pueden perseguir y asesinar a los graffiteros también los pueden asesinar contratándolos para hacerle las vallas a Coca-Cola, hay que entender que más que asesinar a las personas buscan exterminar las ideas de liberación que están en la piel de la juventud.

Históricamente la articulación juvenil ha promovido los encuentros de experiencias, hoy los nombramos encuentros populares porque consideramos que debemos ir avanzando en nuestros pensamientos y en la forma de como entendemos lo que hacemos. Los procesos artísticos que conforman la articulación nos consideramos artistas populares, somos el pueblo haciendo arte y protestamos, luchamos, nos revelamos por medio de lo que más nos gusta. Cuando promovemos estos encuentros es primero para reconocer nuevas experiencias y poder brindar un espacio para su reconocimiento y fortalecimiento, segundo para generar un dialogo en el cual podamos aprender de ellas y brindarles nuestros saberes. Todo lo anterior con la finalidad de fortalecer los lazos, de crear complicidades y por supuesto materializar nuestro apoyo mutuo con una agenda popular donde estemos todos y todas.

Finalmente queremos abrir la discusión con tres preguntas que nos venimos haciendo al interior de nuestro proceso:

1.       Hemos identificado que la cultura se compone esencialmente por unas prácticas, nos encontramos en una cultura hegemónica donde se ve el arte como mercancía, a la mujer como objeto y al joven como criminal ¿Qué prácticas son determinantes para la transformación social y cuales son nocivas?

2.       Consideramos que el solo hecho de conformar un proceso cultural que cuestione la realidad o que brinde una alternativa a lo que nos ofrece la sociedad es un acto liberador ¿De qué manera se dan los procesos de  creación de sus obras? Y ¿cuáles son las motivaciones para hacerlas?


3.       El arte siempre ha sido para quienes no han tenido la necesidad de trabajar, en la Grecia antigua trabajar y recibir dinero por esto era deshonroso, en la edad media solo los clérigos podían pintar y en la actualidad la industria del arte sigue siendo para unos pocos, donde solo es posible entrar si el dinero te lo permite ¿Es posible vivir como artistas sin mercantilizar el Arte? ¿Cómo? 



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