A los estudiantes,
hombres y mujeres, quienes asumen la lucha por la educación pública como una pelea por la dignidad de los
sectores empobrecidos
Hablar de educación superior, en los barrios de la ciudad se vuelve un cuento de hadas, el cual
se van esfumando al ritmo de la dinámica del rebusque por el subsistir, propio
de la realidad de exclusión y miseria en la cual están sumidas las periferias
de la Medellín.
Sueños e ilusiones, que en el mejor de los casos, se
materializaban en la U De A, en la UNAL. Por el contrario, dichos sueños
terminan en universidades y centros técnicos de garaje, buitres del modelo
capitalista que viven de la miseria y los sueños del pueblo empobrecido.
Antros de dudosa reputación que exprimen gota a gota el sudor de la clase obrera, con una
formación servil al sistema capitalista que lo único que busca es la
tecnificación de la mano de obra barata.
Quienes logran ingresar a la universidad pública,
deben aprender el maravilloso arte de malavarear, es decir
amarrar el estómago, hacer rendir el pasaje, pagar copias, asumir
implementos de estudio y tinto, pagar el semestre, entre otras. Una realidad
que no es ajena en la actualidad a
muchos y muchas estudiantes de las universidades
públicas.
Estudiantes incendiarios que después fueron bomberos
Desde los barrios y barriadas populares soñamos y
esperamos una universidad abierta a nosotros y nosotras, una universidad
pública, gratuita donde logremos construir un futuro mejor para
nosotros, nuestras familias y nuestra Colombia. El país necesita profesionales
comprometidos con las realidades sociales, no
profesionales que solo cuestionan el
modelo y el sistema en las jardineras, al son de un buen carajillo y un
cigarrillo, discusiones que se esfuman al tiempo que el humo del cigarrillo,
como buenos seudo-teóricos sociales, los mismos, que cuando por alguna
casualidad de la vida suben a la periferia les parce un circo la miseria.
Esos mismos que encontramos más adelante en la
administración municipal, frenando o dificultando los procesos de
transformación. Como diría Gabino
palomares “estudiantes incendiarios que después fueron bomberos”
Los y las jóvenes de los sectores populares,
reconocemos, el momento histórico por el que está pasando el movimiento
estudiantil y de más sectores sociales del pueblo colombiano, es por ello que
valoramos, reconocemos y felicitamos el papel que viene asumiendo la MANE (mesa
amplia nacional estudiantil) como digna vanguardia estudiantil, siendo un
ejemplo de lucha, dignidad, la instamos a evitar a como de lugar vicios
oportunistas, no como logramos ver en otras organizaciones, las cuales
capitalizaron el paro estudiantil a sus intereses politiqueros y oportunistas,
cual organización afín al establecimiento. Así mismo, felicitamos y nos
enorgullecemos de la valerosa actuación de los compañeros de la UdeA en huelga
de hambre y quienes los acompañaron en la noche del 28 de octubre, estamos
seguros de que su justa lucha no podrá ser acallada con el desalojo por parte
del ESMAD ni por la amenaza de una administración represiva y militarista,
cerrada al diálogo y al empoderamiento popular de la Universidad.
Somos nosotros los chicos y chicas de los barrios
populares, de la periferia, que a pesar
de las dificultades, no dejamos de soñar y construir a partir de la
organización y movilización popular, un país más justo, más humano, más digno…
¡y los invitamos a ustedes a mantener
las banderas de la educación para los sectores empobrecidos en alto, la cual es
la misma bandera del paro estudiantil, no permitan que se cierre
nuevamente la universidad, como lo
hicieron una vez con la imposición de torniquetes, ya que ello solo dificulta
la entrada a los jóvenes que bajan de las periferias a consultar en la
biblioteca, a ver una obra en el teatro Camilo Torres, o simplemente a parchar
en Barrientos.
Un abrazo fraterno, popular y solidario
Organizaciones de base
Barrios y barriadas de la ciudad de Medellín En
resistencia
Por una educación publica y gratuita para el pueblo..,
Viva el paro nacional estudiantil
Viva el paro de los estudiantes de la UDEA
Viva la mane
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